Ante la llegada de un nuevo bebé al hogar, uno de los elementos imprescindibles que hay que adquirir es algún tipo de cuna para que pueda dormir cómodamente. El mercado actual ofrece varias opciones y si sois padres primerizos, es posible que os sintáis algo abrumados a la hora de tomar la decisión de qué comprar. Aunque muchos padres deciden comprar ambos productos ya que según sus características les pueden sacar partido de varias formas.
Las minicunas son cunas más pequeñas que las cunas normales y suelen utilizarse para los primeros meses del bebé. A algunos recién nacidos les puede agobiar el tamaño de una cuna normal. Además, durante los primeros meses el bebé debe compartir habitación con los padres para poder acudir pronto a su llanto o darle el pecho. Las cunas de tamaño estándar pueden ser un poco incómodas o incluso impracticables si el dormitorio de los padres no es muy grande.
Estas cunas en lugar de barrotes suelen tener paredes de tela, así es más seguro para el bebé y permite a los padres ver al recién nacido con mayor comodidad. En cualquier caso, debido a lo rápido que crecen y ganan peso los bebés, las minicunas sólo son útiles durante unos cuantos meses.
El moisés es un cesto con asas. También es utilizado durante los primeros días de vida del bebé, para que esté cerca de la familia en todo momento. Esto es especialmente útil si alguno de los padres trabaja desde casa o para paseos cortos (para paseos largos siempre es más práctico el cochecito de paseo). Suele utilizarse hasta los 6 u 8 meses, cuando el bebé empiece a ponerse sentado o de pie ya no es recomendable porque podría resultar peligroso.
La cuna normal es algo más grande. El tamaño medio de su colchón ronda los 120×60 cm, algo que siempre hay que medir bien para encontrar sábanas a medida. También hay que tener en cuenta el tamaño del resto de la estructura para evitar que se haga más grande de la cuenta.
Las cunas más habituales son de madrea, con barrotes y lateral abatible. Para los primeros meses es recomendable usar un protector acolchado para evitar que el bebé se haga daño al caerse o al intentar sacar la mano por los barrotes. Existen otras opciones como las cunas nido con cambiador incorporado o cunas que pueden ampliarse hasta convertirse en pequeñas camas para acompañar al crecimiento del bebé. A partir de los 4 – 6 meses ya se recomienda que los niños vaya a su propia habitación, coyuntura que también puede aprovecharse para cambiar de la minicuna a la cuna.
Otros elementos que pueden resultar muy útiles son la cuna de viaje para los desplazamientos y el parque infantil para cuando el niño ya es más grande y necesitamos dejarle jugando en un entorno controlado y seguro mientras realizamos quehaceres del hogar.
