Medicamentos en embarazadas: cuáles no son perjudiciales para el feto

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Salvo indicaciones médicas que digan lo contrario, ninguna mujer embarazada debería tomar ningún tipo de medicamentos. El consumo de medicinas puede causar anomalías congénitas, motivo por el cual es tan importante evitar el consumo de fármacos y cualquier otro tipo de droga durante el periodo de gestación.

Siempre hay que consultar al médico, ginecólogo o especialista que controla el embarazo. Los fármacos atraviesan la placenta al igual que los nutrientes y por ello llegan al feto. Pueden causar lesiones, desarrollo anormal, muerte, reducción del intercambio de nutrientes o reducción de la cantidad de sangre que recibe el feto, todo ello con peligrosas consecuencias.

Tras 17 días después de la fecundación algunos medicamentos pueden causar la muerte del embrión, pero entre los 17 y los 57 días tras la fecundación se desarrollan los órganos y entonces es aún más vulnerable. Además del aborto, pueden provocar daños de nacimiento o defectos imperceptibles que resultan visibles después con el crecimiento del niño. Después de los 57 días los medicamentos no causarían problemas congénitos evidentes pero igualmente pueden afectar a órganos y tejidos.

Es necesario hacer hincapié en la importancia de contar con el asesoramiento de un especialista para aconsejar sobre qué medicamentos pueden tomarse y cuáles están totalmente prohibidos durante el embarazo, pero hay algunos que implican menos riesgos y no son un problema en ninguna fase del desarrollo del bebé:

  • Analgésicos. El paracetamol calma el dolor y la inflamación. Es la mejor opción para tratar síntomas a nivel local y es un medicamento bastante inocuo.
  • Descongesitonadores nasales. Los resfriados suelen acarrear problemas mucosos en las vías respiratorias bastante molestos. Su principal contraindicación es que no deben utilizarse con demasiada frecuencia: si se usan más de 3 o 4 días pueden hacer que la mucosa de la nariz se adapte al medicamento y el catarro se vuelva más fuerte.
  • Pastillas para la tos. Se recomienda su uso para la irritación de garganta; suavizan y mejoran el flujo de saliva aliviando el dolor y la carraspera.
  • Antiácidos. Pastillas que tomadas directamente o disueltas en agua evitan la acidez de estómago. Suelen estar compuestas por derivados del aluminio y del magnesio y no presentan ningún efecto nocivo para el feto.

Entre los medicamentos no aptos para embarazadas se encuentran las aspirinas y analgésicos no esteroideos, ansiolíticos y antidepresivos, barbitúricos, protectores de estómago y de la mucosa gástrica, litio, diuréticos, anabolizantes, antibióticos, yodo radioactivo y metimazol para problemas de tiroides, ácido retinoico, fármacos para el acté y la piel, quimioterapia oncológica, hormonas sexuales, anfetaminas, anticoagulantes antiarrítmicos y fármacos para evitar la caída del pelo.

Por otra parte, algunas vacunas también pueden ser muy peligrosas para los embarazos, especialmente aquellas que utilizan virus vivos atenuados, como la vacuna del sarampión, paperas o las vacunas de la varicela.

 

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